OFRENDA DE UN JAZMÍN
MAGDALENA QUATTROCHIO DE MÓRRISON
OFRENDA DE UN JAZMÍN
Estás ahí, no se desde cuando.
¡Te miro sin verte, cuántas veces!
Pero un día agobiante de enero
Extendiste tus brazos (tus ramas)
Y al pasar lastimaste mi piel
¿Qué te ocurre?
¡Tienes aire, sol, agua del cielo!
Pero al mirarte, vi que estabas muriendo
¡Cuánta pena, yo no soy jardinera!
Pero tú me llamaste y vi tu pena
Una planta parásita robaba tu savia
Tu cuerpo agonizaba…
Y me vino furia, vigor, voluntad...
Pala, agua, tijera, un enorme instrumental
Entre mis manos torpes
Tú ordenabas y yo hacía…
Hoy vuelvo a pasar, con indiferencia
De las que nada ven
Otra vez me llamas, pero no me hieres
Hieres mi olfato y ¡OH belleza!
¡Me regalas flores, muchas flores!
Qué guardadas estaban en tus senos
Gracias Divino Hacedor por la llamada
Cuando los ojos no ven, quedan los del Alma
Poema publicado en el periódico “Tribuno” de Rosario del Tala, 13 de abril de 1985, gentileza de Yolanda (Chichita) Reato.
Leer acerca de Magdalena
No hay comentarios:
Publicar un comentario