LA CULTURA QUE NOS PERTENECE – Por Graciela del Carmen Rubini
Exquisita, es esta la palabra, en toda su extensión literal y metafórica, con la que definiría la Muestra de Pintura, en varias técnicas, que presentó el Grupo “Añoranzas”, los últimos fines de semana de Agosto. Aunque parte minimamente, concédaseme la autoridad para su comentario. No es novedad el preciosismo, la prolijidad, el profesionalismo de Rubén y su gente, para dejar en último termino lo que se respira permanentemente, la creatividad. Don de los artistas, don de los creadores, virtud de los dotados.
Rubén Darío Latorre y Noemí Zampieri hace 28 años que recorren caminos de Arte. Alejandro Ansa unos menos que compone el Grupo, que fue de Ballet, que fue organizador de cuántas EXPO? Cuatro o cinco, que siempre fue precursor. Raquel Zampieri, siempre presente con su particular mirada sobre la obra artística. Pavada de currículo. La que esto escribe, una advenediza inocente, que viene de la Literatura y que descubrió en la Pintura, otra posibilidad de expresión artística, menos arte y más posibilidad de desaguar los vaivenes del Alma.
Rubén presentó cuatro trabajos en acuarela trabajada como óleo cuyo resultado es de una belleza singular. Como es natural en él, el paisaje del terruño, sorprendentemente conocido, reconocido, es su tema favorito, repetido, jamás aburridor, ensalzado por su maestría.
No soy crítica de Arte, ni me interesa, me instalo ante la obra de Arte para que me guste, para que me conmueva, todo lo demás es supletorio, de regalo.
Noemí Zampieri trabajó y expuso composiciones florales en óleo. De una candidez, de una ingenuidad esfumada en los colores pastel, realmente hermosa. Más halla del shock de sus rosas, las cuatro obras muestran a la artista de sentimientos tan sutiles y amables como fluir de un arroyo cristalino y transparente entre piedras multicolores.
Alejandro Ansa que pone a consideración por primera vez su trabajo, fue la sorpresa de la Muestra, por lo menos para mí, ya que a sus condiciones de bailarín y de genio de la informática a través de su trabajo en la Web, suma su paciencia y excelencia en las cuatro torres de iglesias de distintos puntos del país, que dibujó con la técnica del puntillismo, en tinta negra.
Raquel Zampieri, que siempre está, aunque no viva entre nosotros, presentó una serie de collage en papel, realmente virtuosa.
Graciela Rubini, la que esto escribe, presentó un tríptico en acrílico, sobre madera.
Y esto no termina aquí, esto solo es el comienzo. Mansilla esta de Fiesta y tiene que festejar que sus hijos creadores y creativos se han puesto a trabajar.
Así como un olvidado Arnaldo Calveyra, desde el París donde vive, desparramando el paisaje de Mansilla por el mundo, en varios idiomas, así hoy, los hijos de este pueblo, fomentan la cultura, afianzan la pertenencia y le cantan con Arte.
¡FELICITACIONES GRUPO AÑORANZAS!
¡POR LA CULTURA QUE NOS PERTENECE!
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