Fiestas Patronales – Por Ercilia Grassi de Garzia

Ntra. Sra. del Carmen, R.D. Imágenes

“…Las fiestas patronales también cambiaron con el paso del tiempo. Cuando llegué a Mansilla, para las fiestas patronales era costumbre estrenar vestuario, ropa, calzado, cartera, la cantidad de fieles participantes abarcaba varias cuadras, las columnas, apretadas, de hombres, mujeres y niños, llenaban el ancho de la calle, los alumnos de la escuela, participaban con sus maestros, todos de guardapolvo, formando un enorme manchón blanco en la policromía de los procesantes.
Para estas fiestas, concurrían sacerdotes de otras parroquias y grupos de jóvenes de iglesias vecinas en apoyo a las catequistas que tenían a su cargo la organización de todos los actos patronales, éstos se iniciaban con la novena en honor a la Virgen y finalizaban con la procesión; terminada la parte litúrgica, tenían lugar los juegos y entretenimientos, no faltaba la ruleta, la venta de rifas, la feria de platos; cuando comenzaba a oscurecer, se proyectaban películas sobre la pared de la casa parroquial, el punto final de la jornada, lo ponían los fuegos artificiales .

En procesión (1965), Foto gentileza Ercilla G. de Garzia

Si analizamos el cambio que sufrieron los festejos patronales en Mansilla, veremos que no fue más que el reflejo de otros cambios. La cantidad de fieles, desminuyó en proporción a la población , reducida por los continuos éxodos; la vestimenta , dejó de ser formal, de etiqueta, de gala, la irrupción del vaquero y las zapatillas terminaron con los tacos, el bolso de jean remplazó a la cartera, los peinados batidos cedieron lugar al pelo supercorto, la informalidad se introdujo poco a poco en todos lo acontecimientos sociales del pueblo y el acartonamiento dejó espacio para la sencillez y la frescura en el atuendo de los jóvenes y no tan jóvenes…” (Piruetas en el Aire, Mansilla en el Tiempo, 1996)

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