CORIN TELLADO

El informativo de la radio me ha dejado caer, como al descuido, una noticia que ha prendido las alas del recuerdo a mi memoria. El fin de semana pasado falleció Corín Tellado y, seguramente, sólo serán mis contemporáneas, románticas y amantes de la lectura, las que, presumiblemente, sepan de quien hablo.
Corín Tellado fue una escritora asturiana que, después de Cervantes (nada menos!), ha sido la más leída en el mundo con sus mal llamadas “novelas rosa”. Perdí la cuenta en su momento, pero en los albores de mi adolescencia, 13,14,15 años debo haber leído no menos de cien de sus ediciones baratas y de bolsillo. Salía a buscarlas en los kioscos, la intercambiábamos, las trocábamos, 2 x 3, un lote por menos, y así, la cosa era zambullirme en esa maravilla que ella creaba en mi cabeza y en mi imaginación y le debo, sin dudas, el pulido de mi redacción, si es que lo tengo, y mi fanático amor a la lengua del Manchego.
En un fino español, depurado y simple, ella nos contaba historias de amores ideales y casi perfectos; con principios oscuros o complicados para desembocar en finales felices y venturosos, salvadas todas las dificultades primeras. Hasta que me di cuenta que excepto la geografía, el vestuario y la descripción minuciosa, el plan de escritura era el mismo, yo había aprendido lo que tenía que aprender y había iniciado el camino de la literatura como un destino buscado y encontrado.
Vaya desde este ignoto pueblo de Entre Ríos, de la hija de la Madre Patria, mi cálido recuerdo y emotivo homenaje a CORIN TELLADO, quien me enseñó a escribir y lo que es más importante, impregnó mis primeros pasos de mujer con la poesía del romance y la utopía del amor perfecto y para siempre.

GRACIELA RUBINI 13-04-09