2008 – Por Rubén Darío Latorre

“Los méritos de un hombre dependen de él; los dones dependen de Dios” (Isidoro R. Steinberg)

El Señor nos concede los dones, entre ellos la posibilidad de estar compartiendo este momento, gracias a su Don Supremo: La Vida.
De cada uno de nosotros depende lo que hagamos con ellos. Es nuestra responsabilidad y decisión, no podemos delegar este poder en otros y resignar a ser nosotros mismos…
El Señor, con su Gracia y Bondad Infinita, nos está permitiendo desandar este Nuevo Año, pero no debe ser un caminar en la oscuridad, sin un norte auténtico y verdadero, sino, que nos está brindando una nueva oportunidad, para dar pasos seguros, firmes y cuajados de la Luz de la Verdad…
Cada uno sabe cuantos años tiene en su haber, cuanta claridad y sombra en su Alma, así como también sabe que todo cuanto pasó en la esfera del sinsentido, no hay tiempo para recuperarlo.
Sí, tenemos un nuevo tiempo, un tiempo para cristalizarlo con nuestros méritos, en beneficio de nosotros mismos y, en consecuencia de la Humanidad toda…
Que cada uno, nos empeñemos en acrecentar nuestros méritos como expresión de la Donosura de Dios, y con seguridad, muchos de los males del Planeta comenzarían a reducir, asomando un Mundo Nuevo, cargado de Plenitudes pletóricas…
Sí, Nuevo, nuevo como este 2008, que debemos insistir con tesón para que sea el mejor, porque no sabemos hasta cuando se extiende la oportunidad…

¡Feliz 2008 para todos, a la Luz de nuestra Esencia…!


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